La productora Radio Trans Mundial (onda corta desde Bonaire, onda media desde Montevideo) necesitaba que me preparase más en la amplia área temática que ellos cubrían. Era un emisora cristiana evangélica y yo sabía muy poco sobre Dios. Entonces, en 1985, empecé a estudiar en el Seminario Internacional Teológico Bautista de la calle Ramón Falcón, Floresta. Jamás imaginaría que terminaría recibiendo el primer título de máster en teología que esa dio institución, hoy más que centenaria.
Con tantas letras renuncié a Trans Mundial. Sin embargo, la radio iba a marcarme el trayecto periodístico de mis próximos casi cuarenta años. No era radio: era una decisión de vida.
En 1990 con las nuevas leyes, las FM se multiplicaron por todos los barrios, ciudades y pueblos. José Di Vanni, gran amigo con el que íbamos a ver a Tigre y a pescar, compró un espacio de dos horas en FM Martínez (Gran Buenos Aires). Los lunes de 22 a 24 conducía Luz de lunes. Me invitó a acompañarlo.
– ¿Qué te parece, Néstor, si para no pisarnos, nos dividimos los temas? Yo hablo de política, de economía, sociedad. ¿Vos de qué querés hablar?
– De fútbol. Tantos años en las canchas, yo puedo cont…
– No, no, lunes, ya la gente se enteró todo, leyó los suplementos deportivos de los diarios, vio la tele, escuchó la radio. No, otra cosa.
– ¿Y si cuento nuestras salidas de pesca? ¿Si hablo de pesca?
Ni loco se me hubiera ocurrido escribir el guion que protagonicé desde entonces: 33 años dedicados a difundir este pasatiempo, trabajando en medios como Canal 9, Canal 13, ATC, Clarín, Autoclub (un millón de ejemplares cada número), Aire y Sol, Aire Libre, Weekend (aún colaboro) y actualmente mi querido Naturaltube, plataforma y redes líderes en el tema en Argentina.
Pero, cuando Dios prepara todo es así: decido hacer la primera nota con Juan Carlos Tosi, propietario de una enorme casa de pesca que quedaba a 4 cuadras de mi casa y 4 de la editorial donde había entrado a trabajar medio año antes. Era un tipo muy conocido en los medios, porque escribía y colaboraba con todos.
– Juan, es un privilegio empezar mi serie de notas de pesca haciéndole una entrevista. ¿Puedo llamarlo el lunes a las 22.30?
– No.
La palabra “fracaso” me pegó en la frente. ¿Qué manera de iniciar es esta? En un instante pensé en dejar todo y seguir con mis tareas de corrector literario y escritor, por lo único que me pagaban.
– No, me llame por teléfono. Voy a ir personalmente.
Los 15 minutos pactados se hicieron como una hora. Tenía a Maradona y Messi frente a mí.
Tosi fue el primero que me orientó para ir creciendo en mi conocimiento de pesca. Pasó horas y cafés enseñándome, dándome conceptos. Fue el primero que me recomendó para una revista donde me pagaron una nota de pesca. Me abrió el camino.
El segundo invitado colabora en este grupo. En la editorial siempre leíamos La Nación. Vi una nota chiquita, de seis líneas, donde decía que había salido El Diario del Pescador y aparecía un teléfono para suscribirse. Llamo. Propongo hacerle una nota, porque me parecía meritorio alguien que se anima a sostener un medio especializado.
Daniel Console, de él se trata, aceptó y, no solo eso: 6 años después me recomendó para ingresar en la revista Aire y Sol, la segunda en tirada de la Argentina, donde él escribía. Allí pasé cinco felices años aprendiendo el arte de la edición periodística. Hice de todo. Y llegué a la locura de escribir, con seudónimos, casi el 30 por ciento de una revista de 150 páginas.
Curiosamente casi no trabajé en radio en estos 33 años, pero jamás dejaré de reconocer que a ella le debo el haberme iniciado en un campo periodístico con el que crié dos hijos, compré un departamento y recorrí el país, Holanda, Francia, Bolivia, Colombia, Paraguay, Uruguay, Chile y 14 viajes al Amazonas entre los 20 que hice a Brasil.
Y un recuerdo de mi paso por la radio pueden verlo en esta foto: hablando de pesca en El Alargue, por Radio La Red, con Cali Fidalgo y Marcelo Baffa.