Uno de los trabajos más lindos que me otorgaron durante mi breve gestión en comunicación para el Estado Nacional (2015-2017) fue el acopio de material gráfico (textos y, sobre todo, fotos) de Vicente Blasco Ibáñez (de barba en la primera foto). Este famoso escritor («Los cuatro jinetes del Apocalipsis» es su obra cumbre) visitó la Argentina para el centenario de la Revolución de Mayo y, gracias a contactos con el presidente y algunos gobernadores, logró establecer dos colonias (en Cervantes, Río Negro, y Riachuelo, Corrientes) para poblarlas con sus coterráneos valencianos y dedicarlas a la explotación agraria.
Fueron dos verdaderos fracasos, que le acarrearon quejas, juicios y dolores de cabeza. De ambos sitios queda muy poco. Tuve el gusto de relevarlos a la par que buscaba material en los archivos históricos argentinos sobre la visita de tan extravagante escritor. Productores de Valencia cruzaron el Atlántico para acompañarnos unos días de sur a norte, pues el objetivo era ayudarles para realizar un documental histórico sobre este curioso visitante. Lamentablemente, el organismo estatal fue cerrado y los amigos españoles debieron terminarlo sin esta ayuda que le hubiera dado otro sabor al video.
Para mí fue una experiencia hermosa: tanto en los dos lugares citados (en la foto, cruzando un canal en la Patagonia) como en hemerotecas, bibliotecas y acervos particulares de Buenos Aires, rastreando todo lo que pudiera aparecer sobre Blasco Ibáñez, cuyos dos proyectos terminaron como este último. Indudablemente tenemos mucho de España en nuestra idiosincrasia argentina.